Duchas vaginales, conoce los riesgos de esta práctica
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La obsesión por mantener una zona íntima limpia y cuidada hace que muchas mujeres se realicen casi a diario duchas vaginales, que consisten en introducir agua con presión desde la parte externa de la vagina hasta la parte interna gracias a un irrigador en forma de pera u otras herramientas.
Sin embargo, aunque la lógica lleve a pensar que cuanto más se lave una cosa más limpia estará, en el caso de la vagina puede ser completamente contraproducente. Es importante recalcar la diferencia entre vulva y vagina, ya que la primera es la parte más externa del órgano reproductor femenino y la segunda es la parte interna. La vulva se puede lavar sin problema –aunque teniendo en cuenta ciertas recomendaciones–, pero las duchas internas pueden alcanzar la zona de las trompas de Falopio o incluso los ovarios, por lo que no se recomiendan en absoluto por parte de los ginecólogos.